Guanajuatense de origen, Edmundo Almanza nace en esta ciudad y habita en diferentes lugares de ella, por lo que el entorno lo lleva a plasmar las imágenes que son parte de su vida; y es el dibujo, la acuarela y la plumilla su medio de compartirnos la belleza de su ciudad.
Desde la escuela primaria participó en concursos de dibujo y en 1950 recibió de manos del gobernador José Aguilar y Maya, un primer premio.
La ciudad en sí le despertó la inquietud de conocerla a fondo y esto lo llevó a estudiar la carrera de arquitectura en la Universidad de Guanajuato y ampliar sus conocimientos en la escuela de restauración. El valor de su representación gráfica originó que el Museo Nacional de Historia, del Castillo de Chapultepec, mostrara a la crítica y al público en general su obra completa en marzo de 1975.
En sus restauraciones, va implícita esa interrelación del artista con el arquitecto, conocer y entender al monumento, sea edificio, plazuela o lugar a restaurar para respetarlo y conservarlo.
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